Perfectamente imperfectos
Las creencias, los objetos, las necesidades y las personas se transforman, vienen y van. Todo evoluciona. No habría posibilidad de evolución si retuviéramos lo que se tiene que ir. Estaríamos impidiendo que llegue lo nuevo.
Uno es lo que hace y piensa de si mismo. La impaciencia y el perfeccionismo son obstáculos para amarse y amar. Estos obstáculos nos llevan a la comodidad y la costumbre, que no sólo nos niegan a nosotros mismos, sino que también niegan al otro, y a los demás, ya que le dan razón al pasado.
No nos damos cuenta de la influencia que tenemos en la vida de los otros. Somos y damos posibilidades. El ser humano no es más que la posibilidad de ser lo que quiere. De eso se trata todo, de tener la posibilidad de elegir como reaccionar, y con eso dar posibilidades de elección. (Continuar leyendo »)