Mitos de Kañaris
Al leer este libro ingresamos al mundo mítico de los Kañaris norteños de Lambayeque , con sus dioses creadores mantenidos hasta el siglo XXI producto de la continuidad cultural de un pueblo que “ cuándo escuchó que llegaban los enemigos del pueblo se fueron a las montañas y se ocultaron en las cuevas, árboles, y los señores españoles no los pudieron encontrar , es ahí donde el hombre cañarense no pudo ser conquistado, y existe todavía gente rebelde, por ese motivo mantienen la vestimenta… típica de los incas “[1].
La lectura del texto nos manifiesta que los mitos son elementos constitutivos de la vida, se constituyen en estructuras lógicas por las cuales la sociedad cañarense razona colectivamente, convirtiéndose en resistencia simbólica[2], mantenida a través de los diversos períodos .Pero también estos rastros míticos nos presenta un cuadro de continuidad cultural, donde emergen dioses míticos del universo cultural norteños, en un orden de dominación ,el primero es Ninamasha , un dios que se convierte en humano, tiene los defectos de este, no es el dios que está encima de nosotros, que no se equivoca , es u n dios cautivo de las pasiones humanas ,llegando a convertirse en prisionero en la zona conocida como “ El Chorro” , dioses que persiste hasta hoy , en algún momento se levantarán, que están esperando su instante para resurgir, aún existe una visión mítica de la vuelta a un mundo diferente . Ninamasha es derrotado por Pachacamac, quién comete los mismos error que Ninamasha, se apropiaban de las mujeres de la comunidad. Es derrotada por Jottapetej, el viento, pero un hombre se burlan de él, enojándose y desde aquél entonces “no se ha podido apaciguar su furia”. Esta es la triada histórica que los cañarenses recuerdan, está en la memoria de todos los norteños. Desde Lima al norte, construyéndose un contexto.
Otro contexto, es la vida que bulle al interior de los cerros, donde los nativos se esconden después de la conquista, ahí están viviendo con todas las comodidades que el mundo después de la conquista no puede brindar ;dentro del cerro vive el gran señor, en el cerros grande, y en los pequeños los señores secundarios ; el cerro brinda protección económica a todas las personas siempre y cuando se le entregue un sacrificio humano , una mujer sacrificada[3] o un cordero, cubriendo las entrada con sangre[4].Esta son las versiones más antiguas que han resistido las extirpaciones de idolatrías .
El gran señor para estar con su pueblo se convierte en campana, en la tradición costeña, esta no es descubierta, cuando la tratan de sacarla vuela al mar, a su origen; en la versión Kañar, vuela al cerro, y otra se queda con el pueblo. En esta versión de los dioses kañar surge el Qasay Rumi, padre de la lluvia y del verano; los kañares han mantenido el nombre de sus dioses en los cerros, como la mayoría de pobladores norteños. Nos explica como a sus señores vestían con prendas brillantes como el sol, que no se les podía mirar a la cara, aparecían en el ocaso del día.
Otros elementos de la cosmovisión norteña se refieren a los túneles que nos permiten comunicarnos, y por donde andaban nuestros antepasados.
Se presenta el conflicto étnico con los pueblos de Cajamarca, estos en forma de cerros robaban a las crianderas, a los árboles y las llevaban a Cajamarca .
El otro elemento mítico que debemos resaltar son las lagunas que aparecen y desaparecen “comiendo” a los hombres, o que no permiten ser desviadas y comen gente, al interior vive un gran dios: la serpiente.
Los mititos y leyendas de Kañaris, escritos por Joaquín Huamán Rinza , natural del caserío Congona ,nos presentan este universo que sirve para comprender la presencia de dioses étnicos cuya presencia aún la tenemos, están presente en los cerros, en las hondonadas, en las lagunas , por ciertos que es un trabajo que sientas bases para comprender la cosmovisión del poblador, ésta contribución de Juan tiene un gran valor científico.
[1] Entrevista a la pprofesora Delicia Centurión Uriarte, Caserío Chilasque, Febrero 1990
[2] Presencia del Inca en Lambayeque, Julio Sevilla Exebio, Utopía Norteña , 4
[3] Es el único caso conocido donde en las versiones se sacrifica a la mujer .
[4] En la tradición costeña, se cubre con sangre las entradas con el objeto que el demonio no ingrese.
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