Como corregir la conducta de nuestros hijos - ¿Es necesario hacerlo?
En primer lugar, es importante IDENTIFICAR aquello que en nuestro hijo “no marcha bien” y más aún, reflexionar sobre la real importancia de corregirlo. Es común ver padres incómodos ante el llanto continuo de los pequeños, cuando estos desean algún dulce o juguete y no se les entrega, sin embargo dicha incomodidad disminuye en buena medida cuando entendemos que la tendencia a llorar en los niños es un instrumento de comunicación y no necesariamente de expresión de malestar. Conforme ellos crezcan, su principal herramienta para manifestar lo que sienten y piensan será el lenguaje, por ende, hasta alcanzar dicha etapa debemos manejar el llorar como una conducta de socialización.
A pesar de ser así no debemos obviar LA INTENCIÓN del comportamiento en el niño, es decir, averiguar por que es que llora; es realmente este punto el que nos hace notar si su conducta debe ser corregida o no. Si denotamos que su llanto no es debido a aspectos físicos (enfermedad, hambre, etc.) es pertinente hacernos la siguiente pregunta: ¿es necesario para él que le entregue un juguete o dulce ahora?. En caso que la respuesta sea no (por ejemplo si acabamos de entregarle un dulce previamente o si quiere un juguete que hace unos instantes no deseaba y que ahora manipula otro niño) se hace necesario cambiar dicho comportamiento a uno más favorable.
Un tercer aspecto antes de intentar mejorar la conducta de nuestros chicos es aquel que tiene que ver con nuestra posición como padres. Existen algunas pautas que involucran ignorar el llanto del niño o quitarle privilegios por tiempos largos, siendo en estas situaciones pieza fundamental nuestra PERSEVERANCIA. Se dan casos en que la sensibilidad o prejuicio de los progenitores respecto a la forma de corregir es realmente aquello que impide la mejora en el menor. Frente a esto es bueno plantearnos lo siguiente: ¿Podré corregirlo de esta manera (por ejemplo, ignorando el llanto) durante una semana? ¿Realmente creo que privándolo de su juguete preferido, o de un abrazo se corregirá?.
Solo esto nos permite saber si tenemos total confianza en lo que vamos a realizar, y más aún, si contamos en este momento con una actitud perseverante como para poner en práctica dicha pauta durante un lapso determinado de tiempo.
Mencionemos ahora algunos casos puntuales, a la par de pautas precisas para su corrección:
- Si nuestro hijo llora cuando no obtiene lo que quiere: Es bueno no acercarnos a él y más aún el evitar cualquier tipo de mensaje verbal o caricia que lo consuele. Si vamos a hacerlo, esperemos que termine totalmente de llorar, acompañando en ese momento el contacto físico con mensajes verbales concretos como “me gusta que estes callado, así puedo escucharte”. Es importante además asumir esta pauta como forma de crianza, ya que permite al niño diferenciar la forma correcta de expresarse.
- Si nuestro hijo no cumple lo que se le indica: Es bueno manejar explicaciones concretas del hecho (mencionarle en forma breve las consecuencias de su no cumplimiento) así como, previa explicación, privarlo de algo que le guste o interese. Si nuestro hijo es menor a 2 años es más pertinente aplicar por breve tiempo la pauta mencionada anteriormente, ya que la corrección basada en explicaciones verbales será poco efectiva (pues aún no maneja con amplitud la comprensión y expresión del lenguaje).
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